Mi compañero de departamento o mejor dicho roomie, Hugo, siempre estaba enojado de que trajera diferentes chicas a casa cada noche y tuviera sexo hasta el amanecer. Tanto es así era su odio que fue con una bruja para maldecirme para convertirme en una chica.
Desde entonces nada ha cambiado, excepto que ahora en vez de traer distintas chicas a casa, salgo al bar y traigo a varios chicos a casa. Desafortunadamente para él aun sigue escuchano los gemidos de chica cada noche. Solo que esta vez soy yo quien los hace.
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