Estas vacaciones se han vuelto mucho más interesantes

En el momento en el que la máquina se en serio y un detalló encandiló las miradas de la pareja de Daniel y Julia todo quedó en blanco. Hasta que Daniel abrió los ojos, una oleada de incomodidad abrasadora lo invadió. Aturdido, levantó una mano para frotarse los ojos, solo para darse cuenta de que era una mano con dedos largos y delicados en lugar de los suyos. 

El pánico se apoderó de él mientras trataba de sentarse, pero una sacudida en su pecho llamó su atención. "¿Qué demonios?" Daniel gruñó en voz baja al ver con su ojos dos senos femeninos en su pechos. "Pero que demonios". D

Dijo alarmado antes de notar su voz ahora era un murmullo suave y femenino. Hizo una mueca mientras se miraba a sí mismo, admirando las curvas desconocidas de un cuerpo esbelto cubierto con un bikini. 

La tela se sentía extraña contra su piel, rozando todos los lugares equivocados. Un escalofrío le recorrió la columna vertebral al recordar las vacaciones de intercambio de cuerpos a las que él y Julia se habían apuntado con "SwapLife". Una empresa que prometía cambiar de cuerpo con otra pareja de cualquier parte del mundo. Pero algo había ido terriblemente mal. Se levantó de la cama, tambaleándose inestablemente sobre sus piernas largas. 

Los tacones altos de Kim hicieron clic en el suelo de baldosas cuando Daniel intentó caminar con sus tacones de aguja por primera vez, casi tropezando, pero consiguiendo contenerse. Daniel se tambaleó hacia el espejo, con el corazón latiendo con fuerza en el pecho. Lo que vio le hizo jadear de asombro. Molestó se miró en el espejo el rostro de Kim que le devolvió la mirada, sus rasgos suavizados por el sueño, pero inconfundiblemente femeninos observando cada aspecto de los rasgos de Kim, los labios carnosos, los ojos rasgados, los pómulos angulosos. 

Daniel, que ahora ocupaba el cuerpo curvilíneo de Kim, se ajustó a su altura y miró hacia abajo, a su nueva forma. Sintió una pesadez desconocida en el pecho, ahora pechos en lugar de sus habituales pectorales esbeltos. El largo cabello oscuro de Kim caía en cascada por su espalda. 

Los propios ojos de Daniel, normalmente de un azul inocente, ahora brillaban con una intensidad exótica detrás de las pestañas de Kim. 

Se sintió asqueado por la nueva vista, recorriendo con las manos la curva de sus pechos, la inclinación de su cintura, la curva de sus caderas. Daniel sintió una conexión profunda y primaria con esa forma femenina, y su cuerpo respondió con una oleada de calor y un latido de molestia. 

Justo en ese momento, su novia Julia se acercó tranquilamente, luciendo ahora el físico musculoso y marcado de un chico llamado Zack. Su figura, que alguna vez fue pequeña, fue reemplazada por una complexión musculosa y de hombros anchos, y su cabello rubio corto creció hasta formar los mechones castaños desordenados de Zack. 

Entró tranquilamente en el dormitorio, con paso confiado y arrogante y se pasó una mano por el pelo corto y puntiagudo, las cadenas de oro en su cuello reflejaban la luz de la mañana. 

Sus ojos color avellana se clavaron en el sorprendido reflejo de Daniel, en el cuerpo de Kim, en el espejo y le dirigió una sonrisa tranquilizadora. "Hola, cariño", susurró con un barítono bajo y masculino que provocó un escalofrío en la columna de Daniel en su desconocida forma femenina. "Sé que esto es mucho para asimilar, pero no podemos dejar que el desastre de SwapLife arruine nuestras vacaciones, ¿verdad?". 

Daniel sintió que se le cortaba la respiración al ver el nuevo cuerpo de  su novia Julia. Sus curvas habían desaparecido, reemplazadas por músculos esbeltos y líneas angulares. La forma en que se comportaba con el estilo arrogante de Zack era emocionante e intimidante a la vez. Tragó saliva con fuerza, tratando de procesar ese repentino cambio de roles. Julia se acercó más, su mirada se suavizó al ver la expresión desconcertada de Daniel en el rostro de Kim. 

"Está bien, cariño". Murmuró, extendiendo la mano para acariciar suavemente la mejilla de Daniel con las callosas yemas de los dedos de Zack. "Resolveremos esto juntos. Esto es solo un problema temporal". Su toque fue eléctrico, enviando una sacudida de conciencia a través de la piel sensible de Daniel. La presencia de Julia llenó la habitación con un aura de calma, y ​​lentamente, Daniel sintió que su pánico se desvanecía. 

Julia rodeó con sus fuertes brazos la esbelta cintura de Daniel, atrayéndolo hacia sí en un cálido abrazo. Sus manos descansaban justo sobre la curva de las caderas de Kim, la tela del bikini se estiraba tensa sobre el trasero de Daniel. 

La respiración de Daniel se entrecortó ante el íntimo contacto, su nuevo cuerpo respondió instintivamente al tacto de Julia, incluso mientras su mente daba vueltas por el impactante cambio. El aroma natural y áspero y masculino de Julia lo envolvió,  hizo que la cabeza de Daniel diera vueltas. 

"¿Te imaginas las miradas que nos darán caminando por la costa así?". Julia se rió entre dientes, su voz era un retumbar bajo y áspero en el oído de Daniel. "Quiero decir, normalmente somos las chicas las que reciben toda la atención con nuetrso trajes de baño llamativo y cortos, pero ahora como el hombre de la relación, tengo el profundo deseo de presumir a mi dama ante el mundo". Apretó la cintura de Daniel, su agarre firme y posesivo. "Y tengo que admitir que disfruto mucho ver lo deslumbrante que te vez en el cuerpo de Kim". 

Daniel se sonrojó intensamente, sintiendo que el rubor se extendía por su pecho expuesto. La forma en que los ojos de Julia vagaban por sus nuevas curvas lo hizo muy consciente de cada caída y elevación. Se retorció ligeramente, la tela del bikini rozando sus sensibles pezones, haciéndolos endurecerse hasta convertirse en picos respingones. 

Las mejillas de Daniel se pusieron coloradas cuando miró a Julia, su mirada intensa lo hizo retorcerse en el apretado bikini. No podía negar la creciente excitación que crecía en su interior, un estremecimiento de placer y excitación al que su nuevo y curvilíneo cuerpo respondía con entusiasmo. 

La sensación de la tela rozando su piel sensible, la forma en que las manos de Julia se demoraban en sus caderas, todo eso hizo que el pulso de Daniel se acelerara. Inhaló profundamente, su pecho subía y bajaba con cada respiración mientras se daba cuenta, para su sorpresa, de que este giro inesperado podría no ser el desastre que inicialmente había temido. De hecho, la novedad de su nueva forma, junto con la provocativa atención de Julia, estaba resultando bastante emocionante. 

"¿De verdad crees que me veo bien así?". Murmuró Daniel, con su ansiedad anterior dando paso a una creciente sensación de aventura y deseo. 

Julia sonrió, sus ojos brillaban con picardía. "Por supuesto que sí, amor. Y si te animas, podríamos divertirnos mucho explorando nuestros nuevos roles juntos". 

El corazón de Daniel latía con fuerza en su pecho, la emoción de Daniel iba en aumento. Con un giro juguetón, se inclino y sus labios rozaron los de Julia en un beso tentador, el calor entre ellos se intensificó hasta alcanzar un punto de ebullición. 

Los labios de Daniel se encontraron con los de Julia en un beso apasionado, su lengua se deslizó dentro de su boca para enredarse con la de ella. Su sabor era embriagador, y la sensación del cuerpo fuerte y masculino de Julia presionado contra sus curvas femeninas le envió escalofríos de placer por la columna vertebral. 

Mientras se besaban, las manos de Daniel vagaron por la espalda de Julia, sintiendo el juego de músculos debajo de la suave piel. Julia apretó la cintura de Daniel con más fuerza y ​​​​frotó sus caderas contra él, la fricción de la tela del bikini contra los músculos tonificados y de Julia lo hizo jadear de placer. 

Rompieron el beso, jadeando y sonriéndose el uno al otro como adolescentes enamorados. "Creo que hemos encontrado una manera de aprovechar al máximo esta situación". Ronroneó Julia, su voz era baja y áspera en el oído de Daniel. 

Daniel asintió con entusiasmo, su corazón acelerado por la emoción. "Estas vacaciones se han vuelto mucho más interesantes". Alcamzo a decur Daniel, antes de comenzar a explorar las posibilidades de sus nuevos cuerpos, disfrutando de horas de apasionado acto sexual allí mismo, en la habitación. 

Mientras el sol se hundía en el horizonte, iluminando la habitación con un suave resplandor dorado, Daniel y Julia yacían entrelazados, exhaustos y satisfechos. A pesar del shock inicial, se dieron cuenta de que este giro inesperado los había unido más, forjando una relación maa intima y encontrando un aprecio más profundos el uno por el otro.