Atrapado como una mujer embarazada.

"¡Aggh, mierda, otra vez no! De nuevo estoy goteando leche". Se queja Adrián. "Se suponia que mike fuera la victoma de ese maldito hechizo, no que yo fuera el que me convirtiera en una mujer. ¡Una mujer embarazada con tetas lechosas!". Gruñó Adrian, señalando sus pechos hinchados y goteantes. "Y ahora tengo estas estúpidas y sensibles tetas que siguen goteando leche por dondequiera que valla".

Adrian, que ahora habitaba por completo el cuerpo de una mujer embarazada con curvas, gimió mientras cambiaba de posición, sus pezones firmes se endurecieron con el aire frío. Sintió el humedad familiar de sus pezones rozando el algodón empapado con leche materna contra las suave tela de su playera que apenas cubría su redondo cuerpo de embarazada.

"Magia estúpida". Murmuró Adrian, levantando instintivamente la mano para ahuecar un pecho pesado, apretando suavemente. Una gota perlada de leche escapó del pezón, manchando otra playera limpia. 

Al quitarse la playera con manchas de leche, los ojos de Adrian se abrieron de par en par cuando un dolor punzante le atravesó el abdomen y lo dobló por la mitad. Jadeó, agarrándose el estómago como si intentara contener un tsunami de agonía. "¿Qué... carajo...?". Resolló, llevando sus femeninas manos hacia su enorme barriga distendida donde una vez había estado su abdomen plano.

Sintió algo moverse y retorcerse bajo sus manos temblorosas: una pequeña forma moviéndose dentro de su hinchado vientre.

La mente de Adrian dio vueltas cuando la realidad lo golpeó. "Aaaugh, esto es... ¡esto es una locura!". Gritó Adrian, con lágrimas en los ojos. No tenía idea de cómo revertir la maldición, o incluso quién o qué podría ayudarlo. Todo lo que sabía era que su vida nunca sería la misma. Estaría atrapado como una mujer embarazada.

Adrian había querido gastarle una broma inofensiva a su amigo Mike maldiciéndole para que pareciera una chica. Pero ahora, inexplicablemente, las tornas habían cambiado y Adrian era el que lucía un cuerpo de mujer embarazada.