"¡Ah!!!! ¡No! ¡ahh!!! ¡Perro malo! Agghh..!! ¡¡Ruffus malo!!!". Grite entre embestidas mientras hago lo posible por separarme del hombre detrás de mi.
Desde el el gran cambio a sido completamente difícil para mi. Ha sido difícil estar concentrado en cualquier tarea cuando constantemente tengo el miembro de otro hombre dentro de mí. El gran cambio me puso dentro del cuerpo de Laura, mi vecina de arriba y a mi perro Ruffus en el cuerpo de su esposo. Nose si sea por el instinto animal o instinto de reproducción pero desde el cambio no a dejado joderme los sesos, y lo peor es que, por mas que le grito que "pare" el no me entiende. Solo espero que arreglen esto del "gran cambió" pronto, no quiero ser el juguete de mi mascota por el resto de mi vida.
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