A veces, todo lo que se necesita es un cambio para arreglar todo

Eva de 29 años es mi vecina de a lado. Es soltera y tiene dos hijos, pero odiaba ser madre. Ella era una chica fiestera. Mientras tanto yo era un chico de apenas 22 años recien graduado pero sin hijos ni apegos. Después de que Eva me ofreciera hacer intercambio en "swap clinic" ¡no podríamos estar más felices! Ella como un chico fiestero y por las chicas que veo que trae a casa diria que también todo un semental. Mientras yo una dulce y tierna mamá en buscado un papá para mis hijos. Y quien sabe talvez tener otro hijo...